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María Andrea

El enojo y yo: una guía para disminuir esta fuerte emoción

Actualizado: 4 mar 2019

Las situaciones adversas no tienen porque ser nuestros enemigos y hacernos sentir impotentes. A continuación te invito a conocer por qué el enojo nos afecta tanto y cómo modificar la energía de manera que todo funcione a nuestro favor.


El enojo … fuerte emoción que nos motiva a hacer cosas que muchas veces no queremos. Cometemos actos impulsivos llenos de miedo, frustración, rencor y dolor.


Muchas de las cosas que decimos, pensamos y hacemos cuando nos encontramos envueltos en esta emoción nos traen consecuencias negativas y muy regularmente tendemos a sentir una culpa después del impulso., culpa de la que no siempre somos conscientes pero la sentimos y manifestamos ya sea consciente o inconscientemente.


¿El enojo es malo? No. El enojo es nada más y nada menos que una vivencia del plano humano. Recuerda que cuando llegaste a este plano tu energía se hizo densa. Adquiriste un cuerpo físico y por lo tanto, te abriste a vivir todas y cada una de las experiencias humanas.


Es importante que siempre tengas presente que TODO es energía que fluye. Tú, yo, las plantas, los animales, los carros, las joyas, el dinero, las emociones, etc. Y precisamente porque todo es energía , todo es neutro. Somos nosotros y nuestra percepción quien les da un significado positivo o negativo.

Es por eso que te comparto que el enojo no es malo, simplemente es.



Ahora, es importante que conozcas como reacciona tu cuerpo físico ante este estado. Algunos lo podemos sentir en forma de tensión en nuestros hombros o espalda, malestar estomacal, rechinado de dientes, hormigueo en alguna parte del cuerpo, dolor de cabeza o de garganta, etc. De hecho, en algunas ocaciones el enojo y dolor puede ser tan fuerte y duradero que puede llegar a ocasionar enfermedades como cáncer, pero, hablaremos de eso en otro artículo.

Ya que haz reconocido como reacciona tu cuerpo físico ante tal emoción, sigue identificar ¿cómo afecta tu cuerpo emocional? Casi siempre la emoción se acompaña de pensamientos limitantes y de rencor hacia nosotros mismo o hacia terceros.


Algunas de las emociones que puedes llegar a sentir son impotencia, desesperación, frustración, ira, rencor, vulnerabilidad e injusticia, por mencionar algunos. Estas emociones están fuertemente cargadas de energía (qué, percibimos como negativa) y es entonces cuando nuestro plano mental se ve afectado.


Normalmente cuando sentimos estas emociones vienen acompañadas de pensamientos como - ¡Es ridículo e injusto! - Sólo las personas viles como él/ella hacen ese tipo de cosas - ¿Esa y yo somos familia? - ¡Mi jefe se pasa de ridículo! ¿!Cómo se supone que logré todo eso en tan poco tiempo!? - ¿Qué acaso no piensas? ¿Por qué no puedes hacer nada bien? - y puedo seguir y seguir. En algún punto, esa hostilidad se verá proyectada hacia nosotros.


Primeramente, la hostilidad se vuelca hacia nosotros cuando nuestro cuerpo reacciona hacia la emoción, luego cuando esos pensamientos se transforman en - ¿Por qué a mi? ¿Es acaso que no puedo hacer nada bien? ¡Es injusto! - No tengo dinero para pagar todo eso en tan poco tiempo, ¿por qué me bajan el salario a mí? - Me queda bien claro que nada me sale bien… no sé porque cosas malas le pasan a personas buenas. - etcétera. Cuando esto nos sucede es importante mantener la calma. Sí, se que suena difícil pero es lo mejor que puedes hacer ante situaciones que te parezcan estresantes.


Primero que nada, pausa todo. Deja el ruido eterno afuera. Si estas en un lugar público o si estas acompañado cuando ocurra el acontecimiento estresante, ve a un lugar donde puedas estar contigo mismo. No tiene que ser un cuarto solo, con que te alejes unos cuantos pasos de la gente.





Desconecta sus voces, el ajetreo, todo eso déjalo fuera. Cierra los ojos y respira. Hazlo tres veces o las veces que sean necesarias. Tómate tu tiempo para respirar y bajar el ruido en tu mente. Una vez que ya hayas pausado el ruido, identifica ¿qué es lo que te molesto? Habiendo identificado esto, puedes preguntarte ¿por qué me afecta tanto? Y de ahí partimos al trabajo de reestructurar nuestro pensamiento.

Me gustaría que en estos momentos tuvieras bien presente que cada situación “adversa” no es nada más que una oportunidad para crecer. Créeme, ese dicho de “no hay mal que por bien no venga” es ¡muy cierto!

Quizás en un principio se te dificulte, inclusive que te parezca bobo o imposible, sin embargo,

ante situaciones donde te sientas impotente, constantemente repítete la oportunidad de crecimiento que ese acontecimiento representa.


Acuérdate que lo importante no es lo que “pierdes”, todo lo “negativo” que percibes, esta dentro de ti, ¿dónde? En tu mente. Por esta razón es de suma importancia detener los pensamientos y creencias limitantes.


Te invito a ver la adversidad como una oportunidad. Una oportunidad para crecer.

Por ejemplo, tuviste una pelea con tu hermana porque no te invito a una cena familiar. Es completamente comprensible que sientas todo lo anteriormente mencionado, ahora, ¿qué puedes aprender de una situación como esta?


  • Desarrollar tu capacidad de comprensión y entendimiento ante la falta

  • Desarrollar tu capacidad de dejar ir, si no lo dejamos ir, al final se volverá carga emocional

  • Desarrollar tu capacidad de perdón

  • Desarrollar tu capacidad de solución de problemas

  • Desarrollar tu comunicación asertivaIdentificar tus límites y por medio de una sana comunicación pedir y hacer que los respeten

  • Identificar tu capacidad de amar

  • Dejar fluir

  • Crecer como persona

El controlar nuestras emociones fuertes se trata de descubrir la mejor versión de ti. Créeme, cuando empiezas a hacerte responsable de tus emociones, pensamientos y acciones, el mundo empieza a correr de una mejor manera.



Acuérdate que todo lo que ocurre dentro de nosotros, ocurre fuera de nosotros.

El universo siempre escucha y dependiendo de con que percepción vamos en la vida es como nuestra realidad será para nosotros.


Te invito a que dejes de lado esta posición que te carga de malestar, así obtener la estabilidad y abundancia que buscas no va a ser fácil de conseguir. Y con todo mi corazón deseo que seas feliz.

Te invito a que cambies tu percepción hacia la adversidad. Después de todo, solo son pensamientos (negativos) y lo mejor es que… son sólo eso. ¡Los pensamientos se pueden modificar!

Gracias por estar aquí y tomarte el tiempo de leer estas palabras. Mi intención es compartirte parte de mi historia para así ayudarnos a crecer y evolucionar.


No siempre ha sido fácil, e inclusive a veces me sigue costando dejar ir las cosas, sin embargo, el único camino es hacia arriba.


Para complementar este aprendizaje puedes leer algunos otros de mis artículos.


Te deseo un muy buen día y que todo vibre en sincronicidad divina.


Reconozco y amo la luz en ti.



Un abrazo desde el alma.

- María

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