Una vez que haz experimentado el amor de Dios, es imposible poder olvidarlo. Probar la dulzura y fuerza que el Gran Sol da es renacer en una nueva frecuencia y ver la vida con ojos nuevos. Ver la vida con ojos más dulces, amar con un corazón satisfecho, vivir con la confianza de saber tu propósito y con la alegría de compartir la luz que ahora yace en ti. #dios #luz #fe #amor #amordivino #graciadivina #compartir #sanar #gratitud #amar #infinito #increible #bendecido #bendiciones
Dios, Gran Sol, Padre, Creador ... un sin fin de nombres para llamar al Ser divino que te ama con todo lo que tienes y todo lo que eres. El amor de Dios es incalculable y no tiene barreras., para Dios no importa el color, la raza, la religión, la orientación, los errores ni temores.
Su amor es grande y sutil donde todos cabemos en ese mar sin fin.
Amar a Dios no es tener una fe ciega y creer lo que cualquiera diga, de hecho, hay una gran diferencia entre ser religioso y ser espiritual ¿ y lo mejor? ambas pueden ir de la mano si así lo deseas.
Amar a Dios es tener plena fe y confianza en el amor infinito que te tiene. Amar a Dios es encontrarse con uno mismo y saber que esa Gran Luz que te guía por la vida quiere tenerte cerca pues Su deseo es que seas feliz y pleno.
Tanto ama Dios al mundo que nos manda a sus magníficos Ángeles y Arcángeles para guiarnos y protegernos. Tanta ama Dios a la humanidad que creo mil y un enseñanzas espirituales para poder tocar incontables corazones alrededor del mundo.
Dios te habla de acuerdo a ti. Si necesitas religión, Creo un abanico infinito de las mismas., si necesitas espiritualidad, Creo un sin fin de actividades para conectarte con Él., si necesitas ciencia, Creo la radiación dentro de ti para llevarte a la Energía Universal., si necesitas pruebas, Creo la naturaleza para que pudieras contemplar el amor, la belleza y la fuerza proyectada que hay en ti, que existe en Él.
Dios nos habla en muchos idiomas y lenguajes con imágenes, sonidos, olores, sensaciones o conocimiento.
Dios te habla porque te ama y no necesita que le pruebes que eres merecedor de Él. Dios te ama porque eres Su Hijo, porque eres Su Creación Divina y porque eres importante en el universo y en la Tierra.
Dios respeta tu libre albedrío y por eso jamás obliga a nadie a pertenecer a nada., sin embargo, se asegura de nunca soltarte de Su mano.
La ayuda recibida, el saludo de un desconocido, un regalo inesperado, el abrazo necesitado, la cita leída, la brisa que te acaricia, el cariño de un perro, la compañía en el momento necesario... todo eso es Él.
No importa si lo que hiciste en el pasado no te enorgullece, no importa si la pena o culpa te corrompe porque en Dios todo se sana.
Una vez que haz abierto tu corazón a Su amor todo llega, todo sana, todo fluye.
Sí hay errores que enmendar, enméndalos. Sí hay consecuencias por aceptar, acéptalas. Si hay perdones por compartir, compártelos.
Cuando te abres al amor de Dios el discernir entre lo bueno y lo penoso es fácil de hacer. Entiendes que actuar con intenciones hostiles no es necesario porque comprendes que todas las personas actúan de acuerdo a las experiencias y aprendizajes vividos. Comprendes que todos somos merecedores de la luz en cada uno de nosotros y que siempre puedes alejarte de situaciones o personas que no expresen amor y respeto hacia todos los seres de la creación.
Es saludable y necesario aprender a alejarse de las cosas que te nublen, que te hagan sentir incómodo, que te hagan sentir injusticia, de otro modo, no estas compartiendo la enseñanza del amor y respeto divino que Dios nos da.
Las situaciones como la crítica, el chisme, el desear el mal, la discriminación, el odio, la segregación, la burla, entre muchos otros, son acciones que corrompen el corazón y nublan la mente, arraigando desprecio, resentimiento y dolor.
Aprende a amarte y reconócete merecedor del amor de Dios. Dios te ama y te quiere feliz, te quiere pleno, te quiere satisfecho y todo en la mesa esta puesto para ti.
No temas en tomarte de Su mano y aceptar las bondades de la vida.
Reconozco la divinidad en ti y deseo que seas muy feliz.
Dios siempre te ama.
- María
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